miércoles, marzo 21, 2018

“El amor asesinado”, de Julio Barrenechea





Lo encontraron al fondo del otoño
como un poco de cielo derribado.
Degollado de luz en lecho de oro,
allí estaba el amor asesinado.

Eran de vidrio y cedro los amantes,
eran dos urnas vivas, cada uno
llevaba al otro dentro, y transparentes
mostraban sus cadáveres desnudos.

Y huían de ellos mismos los culpables,
de la pasada dicha, de las noches
de cálido esplendor, de las amables
tardes celestes del pasivo goce.

Huían por un bosque de sollozos,
pisando besos secos, desbrozando
verdes caricias de turgente roce.
Y estaban solos, fríos y aterrados,
viendo blanquear entre sus propias sombras
los ojos del amor asesinado.



en Antología, 1961